viernes, 20 de septiembre de 2013

Un nuevo comienzo

¿Alguna vez han sentido que todo sucede muy rápido? Este último año me he sentido así. Hace ya una semana que cumplí dieciocho años, aunque esa no es la razón por la cual siento que las etapas de mi vida han pasado muy rápido. Apenas ayer estaba jugando con mis muñecas y de un día para otro me estoy graduando y comenzando la universidad.

Se que pensarán que solo tengo miedo de comenzar esta nueva etapa de mi vida, lo cual no es cierto, en verdad estoy muy emocionada por este nuevo inicio, sobretodo cuando fui a la facultad donde voy a estudiar para inscribirme y me sentí ansiosa por comenzar las clases... Es solo que voy a extrañar a mis amigos, no tenerlos cercas y tener su apoyo todo el tiempo va a ser algo extraño para mi.

Cuando fui a la facultad conocí a un chamo (Muy lindo por cierto) y nos dio algunos consejos, uno de ellos que cuando comencemos formemos nuestros grupos y que ellos serán nuestros amigos de toda la vida. Y ahí es en donde veo un pequeño problema, nunca he sido muy buena formando nuevas amistades, siempre tardo algún tiempo en tener amigos ya que soy algo tímida en algunas ocasiones y eso es algo que detesto de mí a veces.

Pero bueno solo me toca esperar y tratar de hacer lo mejor porque si empiezo a dudar ahora que ni siquiera he empezado las clases, no duraré en la carrera. No, la clave es no pensar mucho en cosas que no han sucedido porque de ahí saldrán problemas que aun no existen. Solo que a veces desearía que existiera un libro que te ayudara a solucionar alguno de tus problemas.

Y seguramente el mejor consejo que te darían si tuvieras la misma edad que yo es que lo hables con un adulto o tus padres, ya que ellos ya pasaron eso. Sin embargo no creo que ese consejo funcione para, a mis padres solo los veo... bueno como a mis padres, personas que me cuidan y me ayudan cuando lo necesito pero las cuales nunca he tenido una relación como para contarles este tipo de cosas porque seguramente me contestarían algo como: "No debería pensar en eso, seguro te irá muy bien en la universidad". Y eso es algo que es cierto y no dudo de eso, simplemente esas palabras no alivian mis temores. 

Además que mis padres siempre se toman las cosas de bromas, como en la ocasión en la que vi que no quede asignada en la universidad y me decían que si Dios quería que estudiara Medicina se me iba a dar la oportunidad pero que si no, es porque eso era lo que no me tocaba. Y para ser sincera en ese momento de depresión no quería escuchar eso por dos razones: Primero, no soy una persona muy religiosa aunque crea en Dios; y segundo, soy de las que cree que una persona debe esforzarse al máximo en conseguir lo que quiere si realmente lo desea y cuando lo consiga no sera porque Dios lo haya planeado sino que lo consiguió con su propio esfuerzo. Para mi Dios te abre los caminos, a ti te toca esforzarte por conseguirlos o no y después agradecerás.

 Es por este tipo de cosas que hace ya mucho tiempo deje de tratar de tener una relación de "mejores amigos con mis padres", simplemente les cuento lo esencial y solo les pido ayuda en cosas que yo sola no pueda solucionar. Y no me malinterpreten, yo amo a mis padres y mis padres nos aman a mi hermano y a mí; y cada uno se preocupa por el otro, simplemente somos ese tipo de familia que no hablamos de esos temas.

En fin, nuevamente me estoy desviando del tema principal. Lo que quiero expresar con esto, es que estoy asustada y emocionada a la vez por comenzar esta nueva etapa de mi vida, porque la universidad es un gran paso para mí, solo espero seguir unida a mis amigos y lograr hacer nuevos amigos que por lo menos lleguen a ser la mitad de fantásticos como los que tengo ahora. Porque los amo y estoy muy agradecida de todo el apoyo que me han dado, sobretodo este año tan importante para mi.

Y aunque ya me puse sentimental se que muchos también se sentirán como yo y entienden un poco mi situación. Pero una cosa que he aprendido con el tiempo, es que si tienes fe (Y no me refiero a la fe religiosa) en algo no importa las cosas malas que sucedan, porque cuando logras conseguir lo que quieres sabes que valió la pena.

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